miércoles, 6 de febrero de 2013

CAPÍTULO 15: LA CANCIÓN

La llegada a Madrid fue increíble, y cuando llegó la tarde-noche, no sé que me pasó que me derrumbé, las lágrimas salían de mis ojos, ¿la razón? No la sabía, no me explicaba, sentía felicidad pero a la vez me venían imágenes de David liándose con la otra chica,la muerte de mi madre, y me derrumbaba, así que salí corriendo de la habitación y me encerré en el baño dando un fuerte portazo, del que David se enteró y vino corriendo a ver que me pasaba, él gritaba yo no lo le hacía caso, daba patadas a la puerta para intentar tirarla abajo, él tampoco se explicaba el por qué de ese encierro en el baño, yo no pude hacer otra cosa que coger una cuchilla del baño y mientras cantaba María se bebe las calles de Pasion Vega me corté las venas, cuando David por fin consiguió abrir la puerta y vio el charco de sangre en el suelo y a mi inconsciente, me cogió en su regazo, y empezó a llorar, cogió el móvil y llamó al 112, vino la ambulancia y me trasladaron al hospital, había perdido mucha sangre, pero estaba viva, David llamó a los demás que llegaron muy preocupados al hospital.
-¿Qué tal está, David? dijo Abril
-Por lo que me ha dicho el doctor está débil por la pérdida de sangre, pero lo importante es que está viva, dijo con los ojos llorosos aun.
-¿Pero que ha pasado? ¿Habéis discutido o algo? dijo Carlos
-Que va, si estábamos bien, y de repente he oído un portazo y he ido corriendo, yo estaba en el salón y ella en la habitación y se ha encerrado en el baño, pero no sé las razones por las cuales se ha cortado las venas.
-Yo si las sé, vamos creo que las sé, dijo María 
-¿Y cuales son María? Si las sabes dilas, no calles, dijo Maka
-Yo creo que se le han acumulado, lo que le hizo David, la muerte de su madre, todo.
-Joder, pero yo le pedí perdón se arregló todo, lo de la muerte de su madre, es irremediable, pero lo mio estaba arreglado, ya
-Ya pero ella te perdonó, pero no olvidó lo que le hiciste, siempre lo decía, que te perdonaría pero que no lo olvidaría nunca, dijo Nat
-Joder, me arrepiento tanto de haberle hecho tanto daño, ella no se lo merece, se merece todo lo mejor, y yo lo desperdicié.
Al momento salió un doctor, que les comunicó...
-Familiares de Andrea Rubio?
-Sí somos nosotros, digános que pasa doctor, dijo Dani
-Andrea, ya está en la habitación, podéis pasar a verla si queréis, esta un poco desconcertada, porque cuando se quedó inconsciente se dio un fuerte golpe en la cabeza, y con la pérdida de sangre, y todo, pero está despierta, pasad a verla.
-Gracias, doctor le agradecemos de todo corazón lo que ha hecho por ella.
-Es mi trabajo, ella se ve que es muy fuerte, y lo ha superado bien, y sobretodo no dejaba de llamar a un tal David, ¿serás tú, seguramente?
-Sí, soy yo, bueno voy a entrar a verla que estoy muy preocupado.
-Entra tú primero David, tendrá ganas de verte, luego entramos todos los demás, dijo Sandra
-Vale gracias chicos, ahora os llamo para que entréis.
Entró en la habitación y allí estaba yo tumbada en la camilla, dormida, él empezó a acariciarme el pelo, y a susurrarme cosas al oído.
-No quiero que estés mal por las cosas que he hecho mal, por favor ponte bien, que cuando te veo así me arde el corazón.
-¿David?
-Sí estoy aquí princesa.
-¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?
-Estás en el hospital mi vida, pero ya estás mejor, mañana seguramente nos vayámos a casa, nada te has intentado cortar las venas.
-¿Por qué? 
-No lo sé mi niña, yo te he encontrado así en el baño, pero no te preocupes porque tú eres muy fuerte y lo superas todo.
-¿Y los demás donde están?
-Están fuera, ¿quieres que entren?
-Sí.
Entraron los demás, al cabo de un rato se me veía más feliz, con ellos todos los dolores se pasaban, pero David estaba un poco cabizbajo.
-¿David? ¿Qué te pasa? Ven aquí con nosotros, dijo Blas
-Sí, ahora voy espera que voy a salir fuera a fumarme un cigarro.
Cuando David se fue yo intenté levantarme de la cama, y lo conseguí al final, y encontré a David en la puerta del hospital, no había ni dios en el hospital, estábamos solos.
-¿Qué haces aquí David? Nos lo estamos pasando genial arriba.
-¿Y qué haces tú aquí? Deberías estar descansando no aquí, es que me apetecía fumar, y he venido a verte también.
-Pero tú no puede fumar, te están haciendo pruebas.
-Anda dame, que no pasa nada.
Le cogí el cigarro que le quedaba y me lo fumé, cuando terminé lo abracé fuerte y le dije:
-Perdonáme.
-Tú no me tienes que pedir perdón por nada, yo he sido un idiota, debería pedírtelo yo a ti.
Entonces me acerqué a sus labios y le besé apasionadamente.

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